El 6 de diciembre del año 2006, después de tres días de internación moría Martín Castellucci, como consecuencia de una golpiza feroz propinada por un controlador de admisión, o patovica, como suele llamarse a las personas que ejercen ese oficio
Martín recibió ese trato inhumano, luego de interpelar y cuestionar el criterio de selección que tenían en el Boliche la Casona de Lanús, al no dejar entrar a un compañero suyo. La Casona era propiedad del empresario Atilio Amado, quien fue sobreseído por el Tribunal de Casación Penal bonaerense en el año 2012, en un fallo que decepcionó a la justicia
El lugar fue clausurado y el 14 de abril de 2009, el patovica y boxeador José Segundo Lienqueo Catalán, siempre supervisado por Amado, fue condenado a 11 años de prisión por el Tribunal Oral Criminal 5 de Lomas de Zamora, que lo halló responsable de "homicidio con dolo eventual".
Esa muerte, transformó a sus padres, Ana y Oscar, a pesar de ellos mismos, en un referente no solo de lucha, sino de redenciòn. Esto los llevó, entre otras cosas a crear herramientas jurídicas y educacionales, para que la violencia no sea una práctica en ese oficio. Ellos saben que tomaron como desafío esa batalla diaria. "Aunque las perdamos a todas, seguiremos" dice Oscar a Radio ParqueVida
En este contexto, a los 10 años de la muerte de Martín, una realidad política parece empeñarse en mostrar un retroceso, con la modificación de la la Ley de Nocturnidad”
Esto implica que todo municipio que no supere los 30mil habitantes, puede dejar entrar niños menores a los lugares bailables en los mismos horarios que los mayores. Riesgos que crecen, junto con las ganancias esperadas para los empresarios de la noche y sus aliados.
Raiz de todos los males, es el amor al dinero, dice la Biblia
"Ante un estado que no nos cuida, no es buenos aislarse, hay que organizarnos, por Martín y por todos" Dice Oscar Castellucci, y es, de los que no se vencen.
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