Se consumieron los meses, los días, las horas y la fecha prometida llegó. Esa que el hincha de San Lorenzo tenía marcada luego de haber conquistado América. Los análisis y las especulaciones se terminaron en el mismo momento en que la pelota comenzó a rodar en Marraketch. El primer objetivo se logró: llegar a la final del Mundial de Clubes. Fue más sufrido y trabajoso de lo que todos pensaban pero ahora queda el paso más largo y difícil, ese muro blanco gigante que es el Real Madrid que divide la posibilidad de San Lorenzo de ser el campeón mundial.
Un equipo con apenas 10 años de existencia, con jugadores que trabajan en bancos y oficinas después de entrenar, de un país sin tradición futbolística, venía de disputar 210 minutos en dos partidos. El Auckland City parecía apenas un actor de reparto en la previa de la semifinal del Mundial de Clubes Pero lo maravilloso del fútbol es eso, cualquier especulación se derrumba ante las infinitas posibilidades de un partido. San Lorenzo presentó el mismo equipo con el que terminó el torneo argentino, con la inclusión de Ortigoza.
El “Ciclón” estuvo lejos de ser el dueño de la pelota en el primer tiempo. Se encontró frente a un rival que mantuvo una rigurosidad táctica en defensa, ocupó bien los espacios en su campo, cuando tuvo la pelota la manejó con criterio y cuando se dio cuenta de que el equipo argentino no generaba peligro comenzó a atacar. Siempre consciente de sus limitaciones el Auckland jugó un partido prolijo. El marcador se abrió cuando iba 1 minutos de tiempo añadido por Barrientos, que culminó la única jugada colectiva del conjunto del “Patón”. Así pasó un aburrido primer tiempo.
San Lorenzo entregó la pelota en el complemento y se lo vio relajado con el 1-0. Fue una amarga sorpresa cuando a los 22 minutos Berlanga empató luego de una gran pase filtrado del argentino Tade. Ahí sí, el campeón de América salió a atacarlo con mayor despliegue, como debería haber hecho desde el comienzo. Ingresaron Romagnoli y Matos para sumar gente en ataque. Los corazones cuervos se detuvieron cuando Tade quedó mano a mano con Torrico y remató desviado a sólo 8 minutos del final, el partido fue a alargue. El alivio vino recién en el segundo tiempo extra con el zurdazo de Matos para el 2-1. A partir de allí a sufrir, los neozelandeses tuvieron un palo que hubiera desencadenado en los penales.
El primer objetivo para Bauza se logró, alcanzar la final, ahora el Ciclón deberá enfrentar al Real Madrid. Para este partido se entrenó tanto San Lorenzo, es verdad no jugó para nada bien. Pero el hecho de llegar aún más de punto agranda la proeza si se obtiene lo deseado. El sábado a las 16:30, más de 4 millones de cuervos, estarán viviendo el partido más importante de su vida.
PH: Diario Olé