La mezcla de sensaciones es inevitable en esta circunstancia. La tristeza lógica por no haber podido obtener el trofeo máximo a nivel de clubes, el orgullo y la emoción a su vez por lo que se ha logrado. San Lorenzo alcanzó la cumbre del fútbol mundial, le faltó clavar la bandera con los colores azulgrana. Ninguna derrota se festeja, pero este 2-0 frente al mejor Real Madrid de los últimos 15 años fue el cierre del mejor año en la historia de San Lorenzo de Almagro que jugó de local en Marruecos con más de 12 mil cuervos alentando.
Es verdad que en 90 minutos puede suceder cualquier cosa, pero el fútbol guarda cierta lógica. Desde el vamos, estaba a las claras la superioridad del equipo español . Cuando al minuto de juego, Benzema no pudo conectar un centro bajo en el área chica, parecía que el conjunto “merengue” iba a ser arrollador. Pero el primer tiempo fue un duelo táctico entre los dos equipos. El Real Madrid controlaba la pelota y la trasladaba con Isco y Kroos como crupieres de ese mediocampo, los laterales, Marcelo y Carvajal, ensanchaban la cancha jugando bien abiertos por sus respectivas puntas. Pero se les hizo difícil encontrar espacios frente a un San Lorenzo que aguardaba bien agrupado en su campo y que marcaba hombre a hombre y cuando recuperaba la pelota salía de contra con Cauteruccio como mascaron de proa frente a esa defensa de jugadores blancos. Pero las variantes que dispone el equipo de Ancelotti, refleja las diferencia de jerarquía. Fue de pelota parada que el Madrid logró ponerse en ventaja a los 36 minutos. Sergio Ramos le ganó a Yepes y cabeceó un centro milimétrico de Kroos, 1-0.
A pesar del resultado adverso, el “Ciclón” no tuvo cambios en su planteo. Siguió esperando la oportunidad para golpear agrupado en su campo. Lo poco que tuvo la pelota fue cuando se combinaban Barrientos con Ortigoza y alguna subida de Buffarini o Mas. Pero frente en estas instancias cada distracción se paga caro y San Lorenzo la tuvo. Un error en la salida, cuando transcurrían apenas 5 minutos de la etapa complementaria, derivó en un débil remate de Bale que se le escurrió a Torrico por debajo del cuerpo. Dos errores le costaron a San Lorenzo el partido, allí estuvo la diferencia a pesar de que el equipo de “Patón” no inquietó casi a Casillas. Se animó en los últimos 10 minutos, con el equipo ya desinhibido y Romagnoli en cancha, Mercier y Kalinski remataron al arco pero respondió bien el arquero español.
Las lágrimas del “Pipi” en el final son la de un hincha que se rompió siempre el alma por ese escudo ubicado en el corazón. Es el lamento por no poder darle la gloria máxima a esa cantidad impresionante de cuervos que coparon las tribunas del estadio y a los millones que lo vivieron a la distancia. Como dijo Bauza, no hay derrota digna, pero los cuervos podemos salir con el pecho inflado por alcanzar esa cumbre. Es verdad, se perdió, pero se sabía que el Real Madrid era el mejor del mundo antes de jugar. La FIFA le dio el balón de plata a Cristiano Ronaldo que ni apareció en la final. Pero el verdadero premio es para la gente del Ciclón y para los jugadores que representaron lo mejor posible la sangre azulgrana.