A 33 años de aquel 2 de abril de 1982, donde la dictadura militar asolaba a Argentina, una guerra sin sentido que terminó el 14 de junio de ese mismo año, dejando el recuerdo y el dolor.
El 2 de abril se conmemora a los veteranos y caídos en Malvinas y es fundamental cargar de sentido esa conmemoración para que otros no tomen esa bandera como propia. Además de los actos homenajes, toda marca ligada al pasado tiene inscripta en sí misma un horizonte de futuro, una intención de intervenir para que el futuro sea mejor, para que no repita los errores y horrores del pasado.
Sin duda alimentar esa esperanza que dan los jóvenes de no bajar los brazos, de seguir defendiendo esta causa que nos pertenece a todos los argentinos, es un camino de esperanza, de paz, y a favor de la vida.
Ya pasaron 33 años y el dolor no se acaba. Sólo resta lograr, en un futuro incierto, negociar en el ámbito diplomático y volver a pisar las islas para que los 649 soldados argentinos muertos puedan descansar en paz.